domingo, julio 31, 2005

5 razones por las que odio a los 80

(Ok. Sé que no es original escribir rankings de “top 5 de...” después de Alta fidelidad pero, que demonios, a mí me gusta esa película y este es mí modo de homenajearla. Acá van)

1. EL LOOK: perdónenme pero no creo que haya habido una época en donde la gente se vistió tan pero tan re mal. Es cosa de recordar a las infames chasquillas de las mujeres, o las camisas y pantalones amasados, ¡por Dios, era horrendo! Nadie medianamente serio podía vestirse como Cindy Lauper y, sin embargo, lo hacían: una total y completa falta de respeto por sí mismo. Después, más encima, vino el glam rock. ¡Que horror! Esos pelos, esas mallas y esas pinturas... por favor, el rock es guitarras y actitud, y el glam rock mató toda la actitud que podía tener un rockero. Sencillamente vergonzoso.

2. LA MÚSICA: este es el punto más importante. Hasta los 70, el pop era una institución más o menos respetada y no existía la separación que existe hoy en día con el rock. Un artista que ejecutaba pop era tan importante como otro, ya que la calidad de las melodías estaba por sobre otros aspectos. Pues bien, todo eso cambió a partir de los años 80. El pop sufrió una fisura de la cual nunca se volvería a recuperar y su prestigio decaería inalterablemente hasta nuestros días. A esto le podemos añadir el hecho de que los grandes grupos de los 80 no sonaban en la radio en este cochino país. Salvo quizás The Police, bandas como The Cure, The Smiths, R. E. M., The Replacements y otras, no sonaron nunca en las radios. Que Duran Duran haya sido más exitoso y popular en Inglaterra que los Smiths es imperdonable (y fue así, créanme). Que hayamos tenido que escuchar a bandas como Wang Chung, Air Supply, a We are the world (¡Agh!), a Taco (Put me in The Ritz), a Patrick Swayze cantando She’s like the wind, o al crimen musical más grande la historia: Stevie Wonder con I Just Called To Say I Love You, hacen de esta década una suma de porquerías deleznables. Y eso que aún no menciono que esta fue la peor década de Elton John (Nikita), de Yes, de Olivia Newton-John (Physical) –¿tuvo ella realmente una buena época?-; sin contar a la infame Sheena Easton, a Ray Parker Jr, o al intragable Lionel Ritchie. ¿Dudas? Piensen en Wham!, en New Edition, Falco (no admite discusión), Survivor (Dios...), y por último, a la banda que nos dejó al peor gusano de todos los tiempos: Miami Sound Machine con la horrorosa Gloria Stefan como vocalista... sin comentarios (y eso que llegue hasta el 87 revisando temas, porque me dio asco y no pude seguir)... ah! Olvidaba a Milli Vanilli...

3. LOS HIPPIES VENDIERON AL MUNDO: si tenías 18 años cuando sucedió Woodstock, en el 80 tenias 29 años: es decir estabas saliendo de la U, si es que entraste a ella, o empezando a trabajar, formando una familia quizás e, improbable pero no imposible, empezando a ocupar cargos de importancia en la pega. Era la oportunidad para cambiar todo, o algo al menos, era la oportunidad de aplicar lo que habías dicho en las marchas y protestas de ese tiempo y ¿lo hicieron? Obvio: no. Es decir, los maldito hippies que lloraron y pidieron cambiar el mundo; qué hicieron cuando tuvieron la oportunidad: lo vendieron. Créanme, que el mundo esté como esté se debe a, entre otras, porque los hippies vendieron todo lo que pudieron, sin cargo de conciencia y se echaron a dormir. Económicamente hablando, los 80 fueron una época de lujos y derroche muy pocas veces vista.

4. LOS 80 EN CHILE APESTABAN: hagan memoria y se darán cuenta que los 80 en Chile fueron lo peor. Teníamos una dictadura que no habíamos podido derrocar por la fuerza, no había consolas de juegos, ni siquiera juegos, no había computadores en cada casa (o casi), no había cable: lo único que se podía ver era Sábados Gigantes, y la Teletón, que decir, era un evento nunca antes visto. No venían artistas internacionales: el único escenario como la gente era el festival de Viña del Mar. ¡El Festival de Viña del Mar, por el amor de Dios! Que tuvo entre sus destacadas figuras a Krokus, John Denver y Roberto Carlos un millón de veces. ¡Por favor! (Lo de Police fue un rajazo, admítanlo). No había cines como la gente porque los cines sonaban pésimo y las butacas eran muy, pero muy incomodas. El río Mapocho se salía, teníamos toque de queda y cero, pero cero vida cultural. (bueno, hoy en día...)

5. Soda Stereo: Soda encarna lo peor de los 80. cuidado con la nostalgia que es una enfermedad muy, pero muy peligrosa. El hecho de que hayan ambientado los carretes durante años no los hace buenos y la distancia en el tiempo y la melancolía de nuestra juventud nos engaña. Sé que me voy a echar encima a las fans de Cerati, pero ellas mismas son la prueba de este punto. Que una banda como Soda Stereo haya triunfado y ocupado los charts se debe a cualquier razón, menos musical. Una banda que nunca en su vida hizo una canción original, que plagió a Soda Stereo, the Cure, INXS, U2 y un laaaaargo etc. Saltaron a la fama solo por la prohibición argentina de tocar música en inglés, y se quedaron demasiado tiempo adornando nuestras fiestas. Siempre fue una banda para “niñas bien” y ellas son las únicas que siguen escuchando a Cerati hoy por hoy, quien por lo demás, sigue robando y plagiando a todos los músicos que esas niñas nunca se van a molestar en escuchar. Para que, si Cerati es tan lindo... ( sí, también me pica que se haya casado con Cecilia A. Pero por suerte ya no es así...)

viernes, julio 29, 2005

Sin ti no podría durar

Podría publicar libros para pasar a la posteridad,
Pero sabes que no podría durar sin ti.

Podría luchar contra el avance de las arenas del tiempo,
Pero sabes que no podría durar sin ti.

Podría avanzar, caer, tropezar y desmoronarme,
Pero sabes que no podría durar sin ti.

Podría luchar contra molinos,
Descender a los infiernos,
Separar las aguas del mar rojo,
Liberar las siete plagas sobre Egipto o
Detenerme a conversar con el demonio
En medio de las ardientes arenas del desierto,
Pero sabes que no podría durar sin ti.

Podría, incluso, morir con las manos sin atar,
Pero tú sabes que,
Haga lo que haga,
No podría durar sin ti.

jueves, julio 28, 2005

todos morirán en el fuego que comience

Voy a comenzar un incendio.
Abriré mi corazón para que de él salgan chispas que enciendan este campo y prenda en llamas, reduciendo a cenizas los deseos y sueños de todas las personas que están alrededor mio.
Así, todos morirán en el fuego que comience.
Voy a arrasar con todo.
Los restos servirán para reconstruir una ciudad enterrada por siglos y siglos de tormentas de arena.
El fuego se esparcerá como la peste negra, de persona en persona, quemando sus cuerpos, calcinando sus almas hasta que al final, cuando las llamas me rodeen, yo mismo caiga preso de mis propios temores, mis propios miedos, y el fuego que inicie, el fuego que nos renueve, a ti y a mi, me consuma y me reduzca hasta solo dejar la más mínima expresión, lo ínfimo, lo esencial.
Voy a iniciar un incendio y en él, así y para siempre, todos morirán en el fuego que comience.
(fotografía de juan pablo orrego)

lunes, julio 25, 2005

Instantes de Jazz



























Ahora es más tarde.
El crepúsculo ya se ha ido dejando todo para ser envuelto por la penumbra.
Ahora es más tarde y tus dedos comienzan a caminar por mí, como extranjero que visita por primera vez lo que será su nueva cuna.
Lentamente, sigilosamente, a tientas buscando el éxtasis, tus dedos percuten en mí, me hacen vibrar, me van provocando sensaciones que creía olvidadas, que estaban ahí esperando para ser ejecutadas.
Uno a uno, tus dedos recorren mi columna vertebral, de blanco y negro, y la yema de ellos me presiona para que ejecute sonidos guturales enterrados en lo profundo. La síncopa, la síncopa, la síncopa.
El ritmo me posee, la melodía me eleva, la armonía me devuelve a tierra.
El sonido me atrapa y me envuelve mientras el vibrar de mi cuerpo remece el aire y voltea el alarido que emana desde el bronce bañado de mi estatura cuando la síncopa la síncopa la síncopa me atrapa y me hace volar y permanecer en el ambiente, justo cuando tú y yo volteamos para seguir, volteamos para terminar desvaneciéndonos en el negro que acapara el rango visual, el espectro de los ojos que nos miran ejecutar, noche tras noche, el mismo ritual que nos devuelve la vida, que nos hace insistir.
La síncopa, la síncopa, la síncopa.La síncopa.

(fotografías de germán martínez)