Y ahora,
dejaré que tu cuerpo,
mitad uva, mitad manzana,
derribe los muros cansados de batallas.
Y ahora,
dejaré que tu cuerpo,
mitad miel, mitad océano,
derribe las murallas de la soledad.
Y ahora,
dejaré que tu cuerpo,
mitad capricho, mitad desidia,
devore las armas depuestas.
Y ahora,
dejaré que tu cuerpo,
a media luz y casi en penumbras,
construya una nueva ciudad
donde el silencio sea el silbido del viento.
2 comentarios:
Tu arsenal completo tiene prueba de eficacia, con estos tres últimos posts podés entrar en el territorio que te de la gana y vencer a cualquiera, es maravilloso y complejo.
hermoso poema, amigo. Lo acabo de leer, después del próximo, que también me ha gustado mucho.
Esos versos de mitad esto, mitad esto otro, así dispuestos, dándole algo así como una música circular, . ahh me ha gustado mucho...
Buen arsenal, por cierto.
Que estés bien!
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