La fundación de lo nuestro
ocurrió de madrugada,
en la penumbra,
en ciudades invisibles,
en las líneas no demarcadas de los mapas,
a horas inadecuadas,
en escondites vegetales,
caminando por calles que desconocía,
construyendo misterios,
revelando secretos,
riendo en silencio,
buscando a tientas,
persiguiendo sueños,
dejando que el jazz inundara nuestros cuerpos,
en las sombras del concreto,
en los hojas de los árboles que caían al suelo,
construyendo una vida
de la que no podremos escapar.
La fundación de lo nuestro
ocurrió un día cualquiera,
como hoy o como ayer,
mientras perdíamos
las cosas que fuimos
dejando en el camino.
La fundación de lo nuestro
está escrita en pergaminos antiguos,
papiros perdidos de la historia,
palimpsestos olvidados
que dejaron los viajeros
que por esta ciudad pasaron.
La fundación de lo nuestro
es un recuerdo
y una promesa,
un beso
y una despedida,
una bienvenida,
un abrazo,
un te quiero,
y un futuro incierto.
La fundación de lo nuestro
empieza
donde tú y yo
terminamos.
