jueves, septiembre 22, 2005

Blanco
















Cuando todo el humo se haya ido,
cuando no me queden sino las cenizas,
los restos del naufragio,
cuando la niebla se disipe
y tu figura se desvanezca en ella;
solo quedará tu luz:
fantasma que irradia
un blanco que ciega mis ojos,
un blanco que siega mis ojos.
Allí fundaré nuevos cimientos,
fundaré nuevas ciudades,
y descansaré hasta que me vuelvas a despertar,
y descansaré hasta que me vuelvas a desesperar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Debo decir que me gustó mucho lo que escribes.
oye, te tengo una mala noticia: no encuentro "Fever to Tell". Creo que lo presté. igual lo tengo en MP3 si lo quieres.
saludos!