domingo, noviembre 20, 2005

Dios es culé















¿Qué duda cabe?
Pocas veces tengo días como el de ayer.
Pocas cosas me hacen disfrutar más de la vida que un partido del Barza. Si a eso le agregamos el dominio total por sobre el eterno rival, ¿qué se puede hacer sino disfrutar?
Mundano deporte, lo que sucedió ayer en Madrid serviría para explicarle a todos aquellos que no gustan o no quieren gustar del fútbol el porque éste mueve a millones de personas cada fin de semana.
Los goles de dinho son un goce estético que, como hicieron muchos poetas antes que yo, lo acercan a la poesía más sublime, a las emociones más intensas del espíritu. ¿Exagero? probablemente, pero lo de ayer fue así: exagerado.
Y sí, también fue el gran tapabocas para toda la afición blanca que lleva años llenándose con sus ídolos publicitarios que cobran mucho y juegan bastante, bastante poco. ¿Será posible que el fútbol sea uno de los pocos reductos del mundo contemporáneo en el que el dinero no lo manda todo? Da para pensar.
Por si fuera poco, a mi lado estaba la mujer que amo. ¿Ganar al Real Madrid, 3x0 y acompañado de la mujer a quien quieres? ¿No será demasiado?
Solo quedaba celebrar y eso fue lo que hicimos: bailar hasta que la noche se fue.
Morena mía, gracias por hacer más inolvidable una jornada ya de por sí, imborrable. TQ.

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