sábado, agosto 06, 2005

todos morirán en el fuego que comience 2

Vamos a quemar esta ciudad,
antes que Dios envie una lluvia que apague nuestras llamas.
Como la Roma de Nerón,
quememos los puentes,
quememos las naves.
Hagamos que la gente envidie nuestro amor,
que se prendan en llamas cuando nos vean pasar.
Convirtamos en ceniza los edificios,
en carbón, las almas.
Déjemos que nuestro fuego arrase con todo,
y forjemos en él,
la estructura que resista nuestra pasión.
Encendamos todo a nuestro paso,
incendiemos las viejas vigas,
y sobre los escombros
construyamos una citadela que nos refugie
hasta que las llamas de nuestro amor
nos consuman.

(fotografìa de G. Martínez)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Doctor Cariño:

Soy un fiel lector de su columna, es por eso que me atrevo a escribirle.
Segui su sano consejo incendiario.
Le prendi fuego a las cortinas, a los muebles, al colchon... pero aun asi, la chica que pretendo, le salio el alma de bombero, y me lanzo un balde de agua al corazon.

Tal vez hice una mala interpretacion de su columna.

Solo me queda decir: chicos, no hagan esto en casa.

man

Anónimo dijo...

Debe ser algo así como volver a estructurar todo otra vez para cometer los mismos errores con la misma pasión con la cual ya lo has cometido. Aunque esta vez se ve mas grandioso, eso de compartir con todos, aquella pasión llamada ira es un poco apocaliptica ¿no crees?. No puedo negar que no atrajo mi atnción, muy por el contrario conocer esa veta en ti, me da mas para pensar en el extraño personaje de tu ser. Uno ve rostros pero los velos te cubren mas.

atte Aminha